Talento e imaginación, características de pintura mural en Bogotá
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Talento e imaginación, características de pintura mural en Bogotá
El rostro de Michael Jackson sacude a los anónimos, a los doctores, al ciclista. A todos los sacude.
Es un mural de cinco metros de alto que se puede ver en una solitaria pared del barrio Minuto de Dios, occidente de Bogotá.
No es una pintura cualquiera. Esta obra simboliza la evolución del grafiti bogotano.
Es la mayor expresión de que esta práctica
se ha transformado en la capital: del simple y escueto mensaje de los
enamorados o el de la protesta contra el establecimiento, ha pasado al
plano de las verdaderas piezas de arte al aire libre.
La intervención de muros es mucho más que
una señal de pintura. En los últimos dos años se han conformado
colectivos juveniles especializados en darle una nueva cara a espacios
deprimidos de varias localidades.
José Reinaldo Puin, de 28 años, hace parte
de la Corporación Cultural Urban Art, un grupo de 12 jóvenes que han
realizado murales sobre derechos humanos y otras temáticas en la carrera
30 entre calles 65 y 72. "Cuando uno deja un diseño bien hecho en el
espacio público, la gente lo agradece y ya ni se atreve a pegar carteles
en él", dice José Reinaldo, quien estudia Diseño Gráfico y vive en el
barrio Egipto, centro de Bogotá.
Hasta los murales callejeros tienen su
ciencia. Para realizar uno de 30 metros de largo se necesita por lo
menos la mano de obra de 10 personas. Se pueden gastar unos 100
aerosoles y una caneca de vinilo.
Stephanie Mora Ospina, de 25 años y
perteneciente al colectivo artístico Corporación Juvenil Mandala
Hyntiba, calcula que en uno de estos trabajos se pueden gastar 1'500.000
pesos. "Además de los costos de los materiales, hacer uno de estos
grafitis también implica pedir permisos a los dueños de los predios o a
la Alcaldía Local correspondiente", dice la joven.
De hecho, la Secretaría Distrital de
Gobierno cuenta con un proyecto llamado Jóvenes conviven por Bogotá, que
busca promover el mejoramiento del espacio público por medio del arte
mural con un sentido de estética urbana y con temáticas juveniles como
la prevención del consumo de drogas y el aprovechamiento del tiempo
libre.
Hoy, en Bogotá, las zonas más intervenidas
artísticamente están ubicadas sobre los corredores de las carreras 7a., a
la altura de Chapinero; la 30, la avenida Suba y la 68 con calle 3a, en
el sur.
Stephanie Mora, licenciada en sociales,
contó que sus obras en las calles de la localidad de Fontibón se
reconocen porque las firma con una mariposa. Otros artistas usan latas
de aerosoles, animales o simplemente las iniciales de sus nombres.
Es un mural de cinco metros de alto que se puede ver en una solitaria pared del barrio Minuto de Dios, occidente de Bogotá.
No es una pintura cualquiera. Esta obra simboliza la evolución del grafiti bogotano.
Es la mayor expresión de que esta práctica
se ha transformado en la capital: del simple y escueto mensaje de los
enamorados o el de la protesta contra el establecimiento, ha pasado al
plano de las verdaderas piezas de arte al aire libre.
La intervención de muros es mucho más que
una señal de pintura. En los últimos dos años se han conformado
colectivos juveniles especializados en darle una nueva cara a espacios
deprimidos de varias localidades.
José Reinaldo Puin, de 28 años, hace parte
de la Corporación Cultural Urban Art, un grupo de 12 jóvenes que han
realizado murales sobre derechos humanos y otras temáticas en la carrera
30 entre calles 65 y 72. "Cuando uno deja un diseño bien hecho en el
espacio público, la gente lo agradece y ya ni se atreve a pegar carteles
en él", dice José Reinaldo, quien estudia Diseño Gráfico y vive en el
barrio Egipto, centro de Bogotá.
Hasta los murales callejeros tienen su
ciencia. Para realizar uno de 30 metros de largo se necesita por lo
menos la mano de obra de 10 personas. Se pueden gastar unos 100
aerosoles y una caneca de vinilo.
Stephanie Mora Ospina, de 25 años y
perteneciente al colectivo artístico Corporación Juvenil Mandala
Hyntiba, calcula que en uno de estos trabajos se pueden gastar 1'500.000
pesos. "Además de los costos de los materiales, hacer uno de estos
grafitis también implica pedir permisos a los dueños de los predios o a
la Alcaldía Local correspondiente", dice la joven.
De hecho, la Secretaría Distrital de
Gobierno cuenta con un proyecto llamado Jóvenes conviven por Bogotá, que
busca promover el mejoramiento del espacio público por medio del arte
mural con un sentido de estética urbana y con temáticas juveniles como
la prevención del consumo de drogas y el aprovechamiento del tiempo
libre.
Hoy, en Bogotá, las zonas más intervenidas
artísticamente están ubicadas sobre los corredores de las carreras 7a., a
la altura de Chapinero; la 30, la avenida Suba y la 68 con calle 3a, en
el sur.
Stephanie Mora, licenciada en sociales,
contó que sus obras en las calles de la localidad de Fontibón se
reconocen porque las firma con una mariposa. Otros artistas usan latas
de aerosoles, animales o simplemente las iniciales de sus nombres.
Re: Talento e imaginación, características de pintura mural en Bogotá
gracias por la noticia,es estupendo que se hagan cosas asi y si encima aparece nuestro Michael mucho mas
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